Geografía
La Cendea de Galar se encuentra en la zona occidental de la Cuenca de Pamplona, es la más meridional de las que conservan este nombre y su extensión es de 44,90 Km2. Está compuesta por ocho concejos: Arlegui, Cordovilla, Esquíroz, Esparza de Galar, Galar, Olaz-Subiza, Salinas de Pamplona,y Subiza; y por un lugar habitado: Barbatáin. La casa consistorial está situada en Salinas.
Beriáin fue un concejo perteneciente a la Cendea de Galar hasta 1992, aprobada su segregación por Decreto Foral 222/92, de 15 de junio, (BON número 78 de 29 de junio de 1992).
Historicamente el concepto de Cendea de Galar aparece en 1427, hasta entonces las diez localidades que la forman se incluían administrativamente dentro de la Cuenca de Pamplona, y, desde un punto de vista eclesiástico, forman parte del arciprestazgo «de Conca Pampionae» desde el siglo XIII.
El término «cendea’, de incierto origen, es definido por la Real Academia como congregación de varios pueblos que componen un ayuntamiento». El fenómeno administrativo de las cendeas es algo estrictamente navarro y se equipara normalmente a un valle o, con menos frecuencia, a parte del mismo. En cuanto al topónimo Galar, decir tan sólo que se trata de una voz vasca que significa ‘tierra de trigo». Así lo identifica la heráldica municipal: tres espigas de trigo de oro formando un haz y, sobre ellas, un sol de oro.
La vegetación originaria, formada por bosques mixtos de encinas, quejigos y robles de hoja pequeña ha quedado relegada casi exclusivamente a la ladera norte del Perdón, dando lugar a un paisaje de pinares artificiales, compuesto principalmente por pino negro, laricio y silvestre.
Extendiéndose por la vertiente norte y umbría de la sierra, en contraste claro con Valdizarbe, que es valle solanero, la Cendea de Galar es tierra tradicional de granos, forrajes y leguminosas que, debido a la modernización de los trabajos agrícolas y a la regularidad de sus cosechas, constituye hoy para Navarra un importante granero cerealista. Asimismo, es asiento de diversas empresas industriales, que ocupan varios miles de puestos de trabajo (electrodomésticos, potasa, papelera), y de numerosos servicios.
Cabe destacar la continuidad de poblamiento a lo largo de los tiempos, debido a la cercanía de Pamplona con la que mantiene un constante flujo económico y comercial. Esta proximidad favorece el desarrollo urbanístico de pueblos como Esquíroz y Cordovilla a causa del éxodo migratorio ciudad-campo, fenómeno cada vez más pronunciado conforme se encarece la vivienda en la capital.